24/5/12

Un grano, no hace granero pero ayuda al compañero.


Es ciertamente complicado pretender arbitrar a cualquier grupo de humanos para acercarnos, entre todos, a la realización de un proyecto, aunque este –a priori- no parezca tener discusión, por ser evidente y además necesario.

Una de las razones por la que hace un año salimos miles de personas, millones en todo el mundo bajo el amparo del llamado #15M fue por la rabia-desesperación que como sociedad sentíamos, por la perdida del –suelo bajo nuestros pies- del llamado “estado del bienestar”.

Esto anterior, que sorprendió y de hecho sigue sorprendiendo a muchos. Poco a poco se ha ido trasformando en una atomización de corpúsculos que, por separado, son útiles –a veces-, totalmente estériles en la mayor parte de los casos, pero que cumplen al menos dos cuestiones; a saber.

1.- En primer lugar están consiguiendo tranquilizar nuestras conciencias, ya que es una especie de “peaje social” el que cada uno de nosotros pagamos, dado que estamos viendo como se desmorona el estado del bienestar y –a priori- nos parece mal, estar sin hacer nada.

De hecho cuando se realizan encuestas, hay un nutrido grupo de personas que se manifiestan –en contra- del #15M, cuando –de entrada- dijimos que éramos apartidarlos y sindicalistas.

Si les preguntamos a parte de los que están –legítimamente- en contra del #15M tenemos dos grupos bien diferenciados.
a.                  El primero mas numeroso que simplemente se sienten molestos porque “ellos”, que están perdiendo también su “status” no quieren que nadie se lo “reproche” y por ello están en contra.
b.                 Hay otro grupo que siempre creyó en que las “clases” sociales es una buena cosa y que esto colabora a que –los de abajo- sigan estando donde siempre debieron estar.

En ambos grupos creo que si tuvieran la oportunidad de leer e informarse se darían cuenta que –esto- también para ellos es intrínsecamente nefasto.

Como segunda derivada de la situación actual del movimiento “revolucionario”, de cambio del #15M, creo que realmente nunca fuimos ninguna amenaza para ninguno de los poderes establecidos porque sabían –de entrada- que el movimiento asambleario –por si solo- atomiza el empuje de la población, al tiempo que la mantiene entretenida.

De hecho desde que estamos en la calle, se han ido sucediendo estafas, corrupciones, etc, etc y ni ha cambiado el sentido del voto –como castigo al corrupto- ni siquiera ha servido para que los partidos “tomen nota”.

De todo lo anterior y, como creo que no podía ser de otra forma. Yo personalmente renuncio a emplear mas tiempo del estrictamente necesario, aun sabiendo que así se conseguirá poco, a la revolución pacifica como tal.
Me inclino mas hacia acciones de auxilio al perjudicado por este sistema, de forma simplemente “puntual”, que de entrada es mucho mas humilde pero ciertamente sirve para intentar resolver cuestiones a las que tienes acceso.

Esto ultimo me requiere “cambiar de velocidad”, ya que sino te piíllas unos –berrinches- nada buenos para tu salud.

Se debe contar con la fuerza y el ímpetu personal, y con el de otros “locos” como tu que están dispuestos a –esforzarse- y perder de su comodidad diaria, a favor de los demás.

Bueno siempre fue así la cuestión y, no tenia porque cambiar la “cosa”.

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