Este fin de semana ha sido el tan anunciado y seguramente tan tempranero Congreso del PSOE en Sevilla y, de acuerdo a lo que los medios nos cuentan ha ganado Rubalcaba.
Este hecho que por mas de ser una cuestión entre los que allí estaban representados y no es de mi incumbencia, si que creo que me da derecho a opinar, como votante de izquierda que no voto al PSOE.
El conclave tuvo sus apartados que me gustaron, como -de nuevo- la claridad con la que Zapatero se echo la responsabilidad sobre los gobiernos que presidio. Eso siempre le da un aval para la Historia.
También y de nuevo aun con las posteriores piruetas de ambos candidatos, me llamo la atención la “soledad” en la salida del ya extinto Secretario General, quien en un Gabinete en el que también estaba Rubalcaba, opto por inmolarse, con toda probabilidad tarde, pero lo hizo.
Y por fin y mas concretamente me llamo la importancia que nada parece querer cambiar en este partido.
Que ninguna nota parece haber tomado el partido en su conjunto de las derrotas electorales, que son sin duda las primeras de una larga serie, según mi criterio.
Que la clase política española, tan denostada por los ciudadanos según las encuestas del CIS y las manifestaciones sociales, parece no querer darse cuenta de que son ellos los culpables de esa desafección y que se tienen que “ir a su casa”.
Y para terminar los empobrecidos y logotomizados colectivos ciudadanos, sean o no militantes de partidos. En el caso de la derecha votando a los corruptos; pervirtiendo así la democracia. Y en el de la izquierda manteniendo a los culpables de las derrotas electorales que han hecho posible una mayoría de la derecha como nunca antes pudo soñar.
Bueno eso es lo que somos y esto es lo que tenemos. Mientras tanto esta noche fría, varios miles de personas, español@s ell@s han dormido al “raso”, entre ellos varios cientos de “menores”.
El PSOE ha hecho su anticatarsis en un Hotel de 5 estrellas, dice que porque era el único que reunía condiciones de “capacidad”. Como si ya no hubiera Palacios de Deportes. Todo ello muy “del pueblo”.
Alguien no hace muchas décadas nos pretendió convencer de que España “era” diferente y quizás algo de razón tenía. Rediós.
Este hecho que por mas de ser una cuestión entre los que allí estaban representados y no es de mi incumbencia, si que creo que me da derecho a opinar, como votante de izquierda que no voto al PSOE.
El conclave tuvo sus apartados que me gustaron, como -de nuevo- la claridad con la que Zapatero se echo la responsabilidad sobre los gobiernos que presidio. Eso siempre le da un aval para la Historia.
También y de nuevo aun con las posteriores piruetas de ambos candidatos, me llamo la atención la “soledad” en la salida del ya extinto Secretario General, quien en un Gabinete en el que también estaba Rubalcaba, opto por inmolarse, con toda probabilidad tarde, pero lo hizo.
Y por fin y mas concretamente me llamo la importancia que nada parece querer cambiar en este partido.
Que ninguna nota parece haber tomado el partido en su conjunto de las derrotas electorales, que son sin duda las primeras de una larga serie, según mi criterio.
Que la clase política española, tan denostada por los ciudadanos según las encuestas del CIS y las manifestaciones sociales, parece no querer darse cuenta de que son ellos los culpables de esa desafección y que se tienen que “ir a su casa”.
Y para terminar los empobrecidos y logotomizados colectivos ciudadanos, sean o no militantes de partidos. En el caso de la derecha votando a los corruptos; pervirtiendo así la democracia. Y en el de la izquierda manteniendo a los culpables de las derrotas electorales que han hecho posible una mayoría de la derecha como nunca antes pudo soñar.
Bueno eso es lo que somos y esto es lo que tenemos. Mientras tanto esta noche fría, varios miles de personas, español@s ell@s han dormido al “raso”, entre ellos varios cientos de “menores”.
El PSOE ha hecho su anticatarsis en un Hotel de 5 estrellas, dice que porque era el único que reunía condiciones de “capacidad”. Como si ya no hubiera Palacios de Deportes. Todo ello muy “del pueblo”.
Alguien no hace muchas décadas nos pretendió convencer de que España “era” diferente y quizás algo de razón tenía. Rediós.
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