31/8/12

De la llegada del mes de septiembre y la puesta. De los ”recortes”, definidos como ajustes por el gobierno Rajoy.



A partir de mañana, 01 de septiembre, varios miles, cientos de miles de personas que dicen -son ilegales-, por el complicado hecho de que en su país, en su pueblo y en su familia no pueden sobrevivir.
 

Es por ello, que los más fuertes, los más jóvenes, y en suma los que más probabilidad tienen de sobrevivir. Se sumerge en una patera y se lanzan hacia el -sueño americano-, a la europea aún sabiendo que en este continente los vamos a tratar peor que a los perros, aún sabiendo que la declaración de Derechos Humanos esta llamada UE, simplemente se la pasa por el  arco del triunfo”.

A partir del día 01 de septiembre, una especie de -domingo negro -parecido a la represión que los nazis llevaron a cabo con los judíos en sus propios gettos, si uno de esos “bultos ilegales” que pasean por nuestras calles sin -al parecer -ser vistos por la administración del Estado español.

Si alguno de ellos “osa” caer enfermo y además ha tenido la -suerte-de caer en una Comunidad Autónoma hostil con la declaración universal de Derechos Humanos, posiblemente le atenderán en -urgencias -y; si la enfermedad fuera del tipo -crónico-, simplemente -pasarán de el-. Y ua está.

Es curioso que a nuestros perros, los tenemos identificados con un chip personal que nos dicen todos sus datos e incluso los de su dueñ@.
Son perros, son animales y los tratamos sin duda con mayor deferencia que a estos llamados -ilegales -O -sin papeles -.

Ya me gustaría mi saber en qué parte de que tratado dice que una persona es -ilegal -porque no tiene papeles-.

Es que acaso no respira; es que acaso no nos habla. Simplemente, es que acaso no es persona.

El gobierno Rajoy que nos dijo, en campaña electoral, que era cuestión sencilla para este país que apareciese  la llamada “solvencia–pais”, en tan sólo ocho meses ha duplicado la -prima de riesgo-, ha deshecho los servicios sociales, está desahuciando a los extranjeros que, en su mayor parte, por la ineficacia administrativa de todos los gobiernos desde la transición. El hecho denominado inmigración, sigue siendo un problema, que ni saben ni pueden ni quieren resolver.

Quizás cuando pasen los años y, algo de lo que les estamos haciendo a los inmigrantes documentados o sin documentar, que viven en nuestro país.

Quizás cuando nuestros propios familiares, suficientemente jóvenes, evidentemente preparados. Como los que ahora llamamos ilegales, sin duda los más preparados de esta sociedad española. Sin duda, los que más posibilidades tienen de sobrevivir en sociedades como la alemana.

Quizás cuando nos cuenten, que los han ninguneado, maltratado y por supuesto explotado tanto por su preparación, como por el simple hecho de ser españoles.

Quizás entonces nos acordemos de todas las personas humanas, de todos esos bultos con piernas, a los que ahora “no vemos” por las calles cuando nos cruzamos con ellos.
Y quizás sólo quizás, en aquel momento nos demos cuenta de la inmoralidad que supone pretender llamar “a eso”,que ha Decretado la ministra Mato, como turismo sanitario.

Este gobierno está consiguiendo que la sociedad que; económicamente -y no sólo por culpa del gobierno -nos está dejando de nuevo en el  siglo XX, por allá por 1.960. En cuanto a la tolerancia social, a la moralidad -meapilista-, que hará que cuando la crisis se olvide, nos daremos cuenta en la pérdida funcional y real de derechos sociales. Derechos que quizás nunca volvamos a poder disfrutar, a donde nos está llevando este gobierno, sin ideología, sin capacidad de gobernar y con una soberbia propia de anteriores épocas.

De cualquier forma y por terminar, cada día me asombra más, de los sólo que me encuentro que las reivindicaciones sociales, en las que -de forma genética -me veo involucrado.

Tremendamente solo, o escasamente acompañado en los asuntos de defensa -de los desahuciados- por causas bancarias.

Especialmente sólo, o escasamente acompañado en la reivindicación de comedores sociales -se supone -para atender entre otros a todos aquellos que, aun con dificultades creo que están en su casa sentados –esperándo no se que-.

Sin duda todo lo anterior debe ser cuestión de mi ya casi probecta edad; cincuenta y cuatro años, que estará afectando a mis neuronas y convirtiendome en un –cuasiabuelo gruñón -. Redlos.

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