Desde la atalaya que supone vivir en Altea, zona veraniega por excelencia y después de haber pasado ya el primer mes realmente turístico-veraniego, creo que estoy en condiciones de afirmar que la crisis existe, aunque tenemos un especial interés vecinal en indicar lo contrario.
Cuando te paseas por los sitios típicamente turísticos por lo que he de reconocer que no soy demasiado habitual, te das cuanta de que existe el murmullo del turista, de que existe la heterogeneidad a la que venimos acostumbrados en estas zonas en este tiempo de verano. Es cierto.
Pero cuando te paras a conversar con los artesanos del sector del regalo, bisutería, etc que conforman la mayoría de los tradicionales puestos veraniegos que por aquí se colocan. Te comentan que la “caja” se vuelve a casa semivacio o a veces incluso vacía.
Te aseguran que si se colocara un contador de visitantes a los puestos no variaría demasiado con respecto a otros años, pero que la caja se resiente y mucho.
Claro que estamos hablando de un sector que podríamos considerar como lúdico o no necesario y por ello fácilmente prescindible.
Teniendo en cuenta la localización geográfica de nuestra localidad, a 8 Km de Benidorm. Gran emporio de asistencia del turismo históricamente.
Existe pues toda una red de negocios relacionados con la restauración en todas sus variedades y cocinas. Pues también estos empresarios que varían frecuentemente de un año para otro, pero que también los hay con antigüedad de varios decenios. Pues reconocen que tienen menos reservas y en general menos “producción” que otras temporadas en similares circunstancias.
De todo lo anterior creo que, tanto españoles como europeos que es de donde se nutre la ocupación turística de esta zona de Alicante, aunque sufren la crisis en sus economías, todavía no han tirado “la toalla” del mantenimiento de un cierto status de “estado propio del bienestar”. Reconociendo que quizás sea parecido a otros años si reducimos las “actividades” lúdicas a las que salen gratis, como es el sol o los paseitos cerca de la playa.
Este hecho que elevado a la categoría de argumento económico va a suponer el cierre de bastantes negocios con situación “complicada” para poder mantenerse el invierno y afrontar próximas temporadas, es el principio del reconocimiento de que la crisis esta alcanzando un cierto fondo donde si se afianza, será cuando realmente los problemas de esta sociedad mal acostumbrada a los recortes sufrirá en sus carnes.
Es por lo anterior que pronostico sin datos científicos que lo avalen, sino por puro olfato personal, que el otoño y la época de campaña será especialmente complicada, porque Serra entonces cuando el shunami de tarjetas de crédito y cuentas corrientes aligeradas se sentirá directamente.
Este efecto esta demostrado que lleva siempre unos meses e incluso algún trimestre de desfase en relación con la crisis puramente dicha.
Escribo esto para aviso a navegantes. Solo para que quienes están pasando el verano haciendo o pensando en propuestas, las tengan preparadas mas bien cortoplacistas porque esas van a ser las exigencias de la población española. El postveraneo de 2011 Serra recordado por bastantes años.
Claro que también podemos esperar el auxilio de la Banca y los mercados financieros que como a los griegos, simplemente nos echen un jarro de agua del Cantábrico ; es decir, fría en todos los morros y nos despierten del sueño estival. Esperemos que no.
Cuando te paseas por los sitios típicamente turísticos por lo que he de reconocer que no soy demasiado habitual, te das cuanta de que existe el murmullo del turista, de que existe la heterogeneidad a la que venimos acostumbrados en estas zonas en este tiempo de verano. Es cierto.
Pero cuando te paras a conversar con los artesanos del sector del regalo, bisutería, etc que conforman la mayoría de los tradicionales puestos veraniegos que por aquí se colocan. Te comentan que la “caja” se vuelve a casa semivacio o a veces incluso vacía.
Te aseguran que si se colocara un contador de visitantes a los puestos no variaría demasiado con respecto a otros años, pero que la caja se resiente y mucho.
Claro que estamos hablando de un sector que podríamos considerar como lúdico o no necesario y por ello fácilmente prescindible.
Teniendo en cuenta la localización geográfica de nuestra localidad, a 8 Km de Benidorm. Gran emporio de asistencia del turismo históricamente.
Existe pues toda una red de negocios relacionados con la restauración en todas sus variedades y cocinas. Pues también estos empresarios que varían frecuentemente de un año para otro, pero que también los hay con antigüedad de varios decenios. Pues reconocen que tienen menos reservas y en general menos “producción” que otras temporadas en similares circunstancias.
De todo lo anterior creo que, tanto españoles como europeos que es de donde se nutre la ocupación turística de esta zona de Alicante, aunque sufren la crisis en sus economías, todavía no han tirado “la toalla” del mantenimiento de un cierto status de “estado propio del bienestar”. Reconociendo que quizás sea parecido a otros años si reducimos las “actividades” lúdicas a las que salen gratis, como es el sol o los paseitos cerca de la playa.
Este hecho que elevado a la categoría de argumento económico va a suponer el cierre de bastantes negocios con situación “complicada” para poder mantenerse el invierno y afrontar próximas temporadas, es el principio del reconocimiento de que la crisis esta alcanzando un cierto fondo donde si se afianza, será cuando realmente los problemas de esta sociedad mal acostumbrada a los recortes sufrirá en sus carnes.
Es por lo anterior que pronostico sin datos científicos que lo avalen, sino por puro olfato personal, que el otoño y la época de campaña será especialmente complicada, porque Serra entonces cuando el shunami de tarjetas de crédito y cuentas corrientes aligeradas se sentirá directamente.
Este efecto esta demostrado que lleva siempre unos meses e incluso algún trimestre de desfase en relación con la crisis puramente dicha.
Escribo esto para aviso a navegantes. Solo para que quienes están pasando el verano haciendo o pensando en propuestas, las tengan preparadas mas bien cortoplacistas porque esas van a ser las exigencias de la población española. El postveraneo de 2011 Serra recordado por bastantes años.
Claro que también podemos esperar el auxilio de la Banca y los mercados financieros que como a los griegos, simplemente nos echen un jarro de agua del Cantábrico ; es decir, fría en todos los morros y nos despierten del sueño estival. Esperemos que no.
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