14/8/11

Quien leches manda aquí. Quiero saberlo?.-2-.


Una sociedad de secreto bancario ostenta el control financiero mundial a través de “derivados”.
El tercer miércoles de cada mes, los nueve miembros de una élite de la sociedad de Wall Street se reúnen en el centro de Manhattan.
Los hombres comparten una meta común; proteger los intereses de los grandes bancos en el vasto mercado de derivados, uno de las más rentables - y más polémico – en el campo de las finanzas.
También comparten un secreto común; Los detalles de sus reuniones, aunque sus identidades, han sido estrictamente confidencial, ahora las sabemos fehacientemente.
Procedentes de gigantes como JP Morgan Chase, Goldman Sachs y Morgan Stanley, los banqueros formaron un comité de gran alcance que ayudaría a supervisar el comercio de derivados, instrumentos que, como el seguro, se utilizan para cubrir el riesgo.
En teoría, este grupo existe para salvaguardar la integridad de un mercado de entidad superior al multitrillion de dólares. En la práctica, sirve para garantizar y defender el predominio de los grandes bancos.
Los bancos en Este grupo; que ha generado un nuevo centro de intercambio de derivados, han luchado para impedir la entrada de otros bancos en este mercado, y también están tratando de frustrar los esfuerzos para que toda la información sobre precios y tarifas estén disponibles libre y gratuitamente.
La influencia de estos bancos sobre éste mercado, y sobre el resto de centros de información , a partir de la que este selecto grupo informa, tiene consecuencias costosas para las empresas grandes y pequeñas.

A titulo de ejemplo pondremos el caso de Jamones Pérez que posee una empresa de producción y venta de jamones de Denominación de Origen de Teruel en la provincia de Teruel .
Este otoño, muchos de los clientes de Jamones Pérez; compró a tasa fija los jamones que pretendía consumir en su mercado a alrededor de 4,50 €/Kg.
Mientras que el precio estaba por encima de los 4.00 €/Kg, prevaleciente entonces, los contratos protegían a los consumidores si la llegada del invierno empujaba el precio hacia arriba.
Sin embargo; Jamones Perez se pregunta si su empresa, debería esta saliendo al mercado con el mejor de sus precios de venta en relación con la competencia.
Para ello decide utilizar instrumentos financieros derivados como swaps y estudia opciones para crear sus planes fijos.
Pero no tiene idea de cuánto bajar sus precios de mercado - y los precios de sus clientes - puede ser, dice, porque los bancos no le revelan los costos asociados con los derivados.
"Al final del día, no sé si tengo un precio justo, o lo que me están cobrando por cubrir mis riesgos",lo cual vuelve a suponer un “riesgo” dijo Jamones Pérez.
Derivados sirven para transferir el riesgo de una parte a otra, y que ofrecen muchas ventajas, como permitir que el Jamones Pérez, pueda vender sus planes fijos de venta de jamones sin tener que soportar todo el riesgo en el caso de una subida inesperada de los precios del mercado. Al mismo tiempo los derivados son también un gran negocio en Wall Street.
Los bancos recogen muchos miles de millones de dólares anuales en gastos -no revelados- relacionados con estos instrumentos. Una cantidad que casi con toda seguridad serían más bajos si hubiera más competencia y transparencia de precios.
El tamaño y el alcance de este mercado ha crecido rápidamente durante las últimas dos décadas. Los fondos de pensiones hoy en día utilizan derivados para cubrir las inversiones.
Los estados y ciudades los utilizan para tratar de mantener bajos los costos de endeudamiento.
Las aerolíneas los utilizan para asegurar precios estables de combustible.
Las compañías de alimentos las utilizan para fijar los precios de los productos básicos como el trigo o la carne.
El mercado tal y como funciona ahora "supone un incremento de costos a todos los consumidores mundiales", dijo Gary Gensler, el presidente de la Commodity Futures Trading Commission, que regula la mayoría de los derivados.
Una mayor supervisión de los bancos en este mercado es necesario, dijo.
Es también sabido que los grandes bancos influyen en las normas de gestión de los derivados a través de una variedad de grupos de la industria.
El ultimo ¡invento” de los bancos para ejercer su influencia son los “centros de información” como el ICE Trust, que realiza reuniones mensuales con los nueve bancos citados anteriormente, en Nueva York.
En virtud de la reforma financiera Dodd-Frank, muchos derivados se negocian a través de cámaras de compensación. Y aunque el Sr. Gensler, presidente de la Commodity Futures Trading Commission, quiere reducir el control de los bancos en estas nuevas instituciones.
Los legisladores republicanos, muchos de los cuales recibieron grandes contribuciones en sus campañas de los banqueros –cuestión permitida en los EE.UU- y que quieren influir en las reglas de gestión de los derivados, aseguran que van a hacer retroceder –la legislación- todavía más en la próxima reforma.
De hecho y aun con la que esta cayendo, el pasado jueves, la Comisión anuló la votación sobre una propuesta para hacer más transparentes los precios, aumentando las especulaciones. Esto ocurre porque el señor Gensler no cuenta con suficiente apoyo de sus colegas de la Comisión.
El Departamento de Justicia está estudiando los derivados, también por medio de la denominada Unidad antimonopolio del departamento, que asegura está investigando activamente "la posibilidad del uso de prácticas anticompetencia en el sector de derivados de crédito de compensación, el comercio y las industrias de servicios de información", según un portavoz del departamento.
De hecho, el mercado de derivados de hoy, según nos recuerdan algunos expertos se parece al mercado de valores Nasdaq, en la década de 1990.
En aquel entonces, el Departamento de Justicia descubrió que los responsables de mercado de Nasdaq manipulaban en secreto y conspiraban para proteger sus propios beneficios.
A raíz de ese escándalo, se realizaron reformas en los sistemas de comercio electrónico Nasdaq que hicieron disminuir los costes de operaciones con acciones de 1/200 de su nivel anterior – esto supuso un enorme ahorro para los inversores.
"Al limitar la participación en la gestión de una entidad a una pocas instituciones afines o personas que tienen interés en mantener controlada la competencia, tienen el potencial de que sucedan “cosas malas” en el funcionamiento.
Es antimonopolio 101", dijo Robert E. Litan, que ayudó a supervisar la investigación del Departamento de Justicia de los Nasdaq como auxiliar del secretario de Justicia y es ahora miembro de la Fundación Kauffman. "La historia del comercio de derivados es que se ha desarrollado como una industria muy concentrada, y los viejos hábitos son difíciles de romper."
Los representantes de los nueve bancos que dominan el mercado no han querido hacer comentarios sobre la investigación del Departamento de Justicia.
La limpieza consiste en el seguimiento de las operaciones y proporciona un control central para el apoyo a los fondos de apuestas.
Una portavoz de Deutsche Bank, que es uno de los más influyentes del grupo, dijo que este sistema reducirá los riesgos en el mercado.
Ella dijo que Deutsche esta centrado en garantizar este proceso de limpieza se ponga en marcha sin interrumpir el mercado.
El portavoz de Deutsche también dijo que el papel de los bancos en este proceso ha sido un éxito, dijo en un comunicado que la experiencia "ha sido uno de los mejores ejemplos de asociaciones público-privadas".
Los orígenes del Banco de Nueva York –Mellon- se remontan a 1784, cuando fue fundado por Alexander Hamilton. En la actualidad, presta servicios administrativos por más de 23 billones de dólares de fondos institucionales.
Recientemente, este banco ha estado tratando de entrar en el exclusivo círculo del mercado de derivados, pero hasta ahora, ha sido rechazado.
Los funcionarios y gestores del Bank of New York dicen que han visto frustrada la posibilidad de competencia como consecuencia del control de importantes comités en los centros de información nueva, que se crearon a raíz de la crisis financiera.
El Bank of New York Mellon ha estado tratando de convertirse en un miembro compensador desde comienzos de este año. Sin embargo, tres de los cuatro centros de información principal, comunicaron al banco que para realizar operaciones de derivados tiene muy poco capital, y por tanto, potencialmente representaría un riesgo demasiado alto para el mercado global.
El banco rechazó esa explicación tan absurda. "No somos nadie", dijo Sanjay Kannambadi, director ejecutivo de BNY Mellon de Compensación, una filial creada para entrar en el negocio. "Pero nosotros reunimos los requisitos. Sin duda, creo que eso es una locura."
La verdadera razón es que el banco al final cerró, y lo cierto es que los rivales quieren preservar sus márgenes de ganancia, y ellos son los que “ayudan” a legislar acerca de las normas de adhesión.
Sr. Kannambadi dijo que el Banco de Nueva York pidió entrar en el negocio de derivados porque creían que les están cobrando demasiado por estos servicios los grandes bancos y su entrada podría bajar las tasas.
Otros de los que esperan en la puerta de entrada al club de comercio de los derivados son el State Street Corporation, y las pequeñas empresas de corretaje como MF Global y Newedge.
Los criterios parecen ser arbitrarios, dijo Marcus Katz, vicepresidente senior de Newedge, que es propiedad de dos grandes bancos franceses.
"Parece que los criterios de adhesión se establecen para que un determinado grupo de participes controle el mercado, y todos los demás tendrían que pasar por el aro", dijo Katz.
Sólo los iniciados saben.
¿Cómo es que los grandes bancos llegan a tener tal influencia que pueden decidir quién puede competir con ellos?.
Irónicamente, este desarrollo surgió como consecuencia de las preocupaciones en el momento álgido de la crisis financiera en 2008.
Un problema importante durante la crisis fue que nadie - ni siquiera los reguladores del gobierno - entiendo completamente el tamaño y la interconexión de los mercados de derivados, especialmente el mercado de los credit default swaps, que aseguran contra los riesgos de las empresas o bonos hipotecarios.
El pánico llevó a la necesidad de rescatar al American International Group, por medio de contratos de CDS con muchos de los grandes bancos.
En medio de la crisis, los reguladores ordenaron a los bancos para acelerar los planes establecer un centro de información para manejar el comercio de derivados.
La intención era reducir el riesgo y aumentar la estabilidad en el mercado.
Se crearon dos “instrumentos” para control de los productos comerciales y de futuros, el Intercontinental Exchange, o ICE, y el Chicago Mercantile Exchange, creado centros de información, también como resultado del mal funcionamiento del Nasdaq.
Cada una de estas cámaras de compensación de nuevo tuvo que convencer a los grandes bancos para unirse a sus esfuerzos, y se repartieron sus miembros en los comités de riesgo, que es donde se deciden las reglas comerciales, como un incentivo.
Curiosamente ninguno de los tres centros de información divulgo su composición ni los miembros de sus comités de riesgo al ser preguntado por un periodista.
Sin embargo, dos personas con conocimiento directo de la comisión del ICE dijo que los miembros del banco son:
Thomas J. Benison de JPMorgan Chase & Company, James J. Hill, de Morgan Stanley, Athanassios Diplas de Deutsche Bank, Paul Hamill, de UBS, Pablo Mitrokostas de Barclays, Andy Hubbard, de Credit Suisse, Oliver Frankel, de Goldman Sachs, Ali Balali de Bank of America, y Biswarup Chatterjee de Citigroup.
Por medio de representantes, los banqueros se negaron a afirmar o desmentir su presencia en el comité o el mercado de derivados. Algunos de los portavoces señalaron que los banqueros con experiencia prestan su ayuda a la cámara de compensación.
Estas mismas personas ocupan posiciones influyentes en otros centros de información, o en los comités de los Swaps poderosa Internacional y Derivados, que “ayudan” a regular el mercado.
Los críticos han llamado a estos bancos de los "distribuidores del club de Derivados", y advierten que el club es poco probable que deje conquistar su prevalencia.

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